El general Martín Miguel de Güemes, fue uno de los primeros patriotas en hacer suya la causa revolucionaria y luchar sin descanso por ella. Hoy conmemoramos un aniversario más de su fallecimiento.
Nació en Salta el 8 de febrero de 1785, estudió en Buenos Aires, en el Real Colegio de San Carlos. A los catorce años ingresó a la carrera militar y participó en la defensa de Buenos Aires durante las invasiones inglesas.
Tras la Revolución de Mayo, Güemes se incorporó al ejército patriota destinado al Alto Perú y formó parte de las tropas victoriosas en Suipacha. Regresó a Buenos Aires y colaboró en Montevideo.
Pero Güemes no olvidaba su Salta natal, a la que volvería definitivamente en 1815. Gracias a su experiencia militar, pudo ponerse al frente de la resistencia a los realistas, organizando al pueblo de Salta en milicias gauchas. El 15 de mayo de 1815 fue electo Gobernador de la provincia, cargo que ejerció hasta 1820.
Con los años, la larga guerra a cuestas y la necesidad de mantener bien armado y alimentado al ejército de gauchos, Güemes fue ganando enemigos entre la aristocracia de su provincia, en muchos casos proclive a terminar como fuera con dicha situación que les obligaba a numerosas contribuciones. En una de sus incursiones fuera de la ciudad, a comienzos de 1821, la oposición interna se agrupó e intentó deponerlo, pero su regreso normalizó el intento golpista. Güemes moriría pocos meses después, el 17 de junio, tras ser herido en una de las numerosas batallas que lo tuvieron como protagonista.
Por lo tanto hoy lo estamos recordando, ya que, hizo posible que las ambiciones españolas se estrellaran contra un muro defensivo de hombres que estaban a sus órdenes en la provincia de Salta. Destacándose como un hombre muy generoso; que amaba a su país y luchó desinteresadamente por la consolidación de la independencia a partir de 1810 y hasta su muerte, evitando que las cruentas invasiones realistas llegaran a Buenos Aires y recuperaran el poder. Ninguna invasión logró superar la heroica defensa que realizó Güemes con su “guerra de guerrillas”.
Ésta es la más grande enseñanza que nos deja Martin Miguel de Güemes: jamás claudicar, jamás dejar sobornarnos por intereses mezquinos, dejarlo todo por la patria, hasta la muerte.